lunes, 30 de diciembre de 2013

A TENER EN CUENTA...

SI QUEREMOS...PODEMOS!!!!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El juzgado de lo Social número 27 de Madrid ha obligado a la firma Supermercados Champion, perteneciente al grupo Carrefour, a reconocer el derecho de una trabajadora a reducir su jornada laboral en el horario solicitado para el cuidado de su hijo, inicialmente denegado por la empresa al estar fuera de su jornada ordinaria.
"La facultad para determinar el horario decuado corresponde al trabajador, ya que es el único capacitado para decidir cuál es el periodo más idóneo para cumplir las obligaciones derivadas de la patria potestad que le competen", señala la sentencia a la que tuvo acceso Europa Press.
En concreto, la trabajadora, con un turno fijo de tarde y horario de 14.00 a 21.00 horas en el Carrefour 'Market' ubicado en la madrileña calle de Fuencarral, antiguo Champion, informó a la empresa de su intención de ejercer su derecho a la reducción de jornada en un 12,5% hasta que su hijo cumpliera ocho años, con un horario de 10.00 a 16.00 horas.
Ante esta petición, la empresa acepta la reducción de jornada planteada, pero no la concreción horaria, al alegar razones organizativas y de producción del centro, dado que por la tarde es cuando existen más ventas y afluencia de clientes.
El juez ha destacado el "importante sacrificio" que supone la reducción salarial que de forma proporcional a la jornada reducida experimentará la trabajadora y que es la progenitora la que ostenta el derecho a decidir sobre aquello que considera más beneficioso para el menor.
Por otro lado, según la sentencia, la empresa no acredita ni justifica problemas de carácter organizativo que se consideren "insalvables ni trascendentes", porque se limita a aportar una relación de trabajadores adscritos a la sección cajas y reposición, no puede probar el porcentaje de ventas alegado ni aporta la relación de empleados que disfrutan de la reducción de jornada para conciliar vida personal y laboral.




                                       




YA ESTÁ AQUÍ...!!

        LOS COMPAÑEROS DE SIMER OS DESEAMOS UNA BUENA ENTRADA DE AÑO Y
        QUE VUESTROS DESEOS Y SUEÑOS SE HAGAN REALIDAD.




                                                              

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Discurso de Navidad de Pablo Iglesias: "Juntos podemos"

http://www.youtube.com/watch?v=cb73bmCqtxI














                       "La felicitación más crítica y patriótica de nuestro colaborador" Así titulan en Cuatro la felicitación de Navidad de Pablo Iglesias que muchos preferirán a la del rey.



"Lanza dos reconocimientos y un desprecio. El reconocimiento para las mujeres que se encargan de cuidarnos y para los jóvenes que se han tenido que ir de este país. El desprecio "para los que tienen cuentas en Suiza, para los de los sobres, para los que no pagan impuestos.. que van a seguir disfrutando de sus privilegios a costa del sufrimiento de la mayoría".

lunes, 23 de diciembre de 2013

NOCHE BUENA


CÓMO GESTIONAR EL MIEDO




 
CÓMO GESTIONAR EL MIEDO



A nadie le gusta equivocarse, ser rechazado o hacer el ridículo delante del jefe, pero quedarse sin empleo por ello atemoriza a cualquiera. Si por éstas y otras razones ir al trabajo se convierte en una película de terror, no se bloquee. Enfréntese al problema y convierta esos miedos en la excusa perfecta para ser más productivo y hacerse imprescindible.




Si le pregunta a cualquiera por qué tiene miedo de su jefe, la respuesta está clara: “Porque me puede despedir cuando quiera”. Este temor, a veces irracional, está minando el clima laboral en muchas organizaciones que, lejos de establecer una cultura que fomente el acercamiento entre jefe y empleado, utilizan este temor como herramienta de gestión. “El miedo bloquea, genera inseguridades, desconfianza, incomunicación, resta autonomía, asunción de responsabilidades y toma de decisiones. No es una herramienta de gestión”.




La incertidumbre, el qué dirán y los dichosos “Y si…” del tipo “¿y si pierdo mi trabajo?, ¿y si me equivoco y me despiden? ¿y si no soy capaz de hacerlo?” desencadenan el miedo tóxico que reina en muchas organizaciones. Según Botella “este síndrome obedece a una previsión negativa del futuro por parte del colaborador, y también a una inadecuada gestión del miedo que le lleva a interpretar todo con un sentido de pérdida”.


“El miedo bloquea, genera inseguridades, desconfianza, incomunicación, resta autonomía, asunción de responsabilidades y toma de decisiones. No es una herramienta de gestión”.



"Los empleados son de la empresa, no del jefe. Por este motivo, los trabajadores siempre pueden utilizar otros medios para exponer con argumentos el comportamiento tóxico de un superior".

 
 
Coger el toro por los cuernos : “Hay que enfrentarse al problema. El origen de muchos de los problemas entre jefe y empleado es una conversación pendiente”.


Hacer el trabajo lo mejor posible es el objetivo de cualquier profesional, pero no es necesario tomarlo al pie de la letra. El perfeccionismo siempre genera miedos a equivocarse y a posibles represalias porque no hay lugar para el fallo. El temor al error y pagar las consecuencias por ello deriva en parálisis. Una gestión adecuada lo minimiza.


 

Cuatro consejos para evitar el temor
El diálogo, mirar los problemas con cierta perspectiva o compartir la incertidumbre con un colega pueden paliar sus miedos al jefe. Esta cuatro fases que le pueden ayudar a desprenderse del miedo:
 
  1. Autoconocimiento. Trate de conocer y comprender el miedo. Cuál es su procedencia, qué lo provoca, por qué y cómo le está afectando.
  2. Punto de partida. Pregúntese que puede hacer para dejar de padecerlo. Es el momento de tomar decisiones, de elaborar un plan acción.
  3.  Acción. El miedo sólo se supera desde la acción, la puesta en marcha y la ejecución de las decisiones tomadas.
  4.  Mantener la observación consciente. Una vez vencido el miedo trate de mantener un estado de observación consciente permanente. Le ayudará a descubrir esos miedos e incluso anticiparse a ellos.





 
 




 
 
 
 

MIEDO

                                          



                   






¿Qué es el miedo?
El miedo puede definirse como una emoción intensa que indica que la persona atribuye un significado de peligro a la situación en la que se halla, situación que percibe y comprende como una amenaza vital. Cuando existe dificultad para identificar el contenido o la inminencia de la amenaza se hablaría de angustia y se relacionaría con la espera y con la imprecisión o carencia de objeto. Cuando la amenaza se percibe como inminente, el miedo se puede transformar en terror o pánico.
El miedo se da en las personas y en las relaciones sociales, se extiende por entre quienes comparten contexto, personas y grupos que interaccionan, que tienen intereses y necesidades, que se fijan propósitos, que están inmersos en relaciones sociales de poder.



   En un momento de crisis económica, el miedo se respira en el ambiente. Los empleados que siguen en plantilla, viven con el vértigo de no saber hasta cuando durará su buena suerte. Lo cierto es que el miedo a veces, se utiliza como coacción creyendo que produce un efecto positivo en la persona. Sin embargo, nada más lejos que la realidad. Se trata de una emoción que resta creatividad, ilusión, talento, capacidad de mejorar...


Pero en el ámbito laboral existen jefes de todo tipo. En este sentido, aquellos que  son despóticos tienen una capacidad nula de poner en práctica la empatía, es decir, de ponerse en lugar de otro. Del mismo modo, algunos jefes tienen un concepto tan equivocado de la autoridad que se sienten bien sabiendo que produce un cierto temor en sus empleados. La realidad es que un empleado
debe sentirse seguro ante su jefe para poder hablar con confianza de temas
importantes.


                               


     Es decir una empresa debe:        
   potenciar la libertad, generar entusiasmo, crear un ambiente positivo y
   de calma, en vez de dar señales de alarma ante las que cualquier trabajador
   se siente desprotegido e indefenso. En un momento de crisis económica, el
   líder debe ser aquel que se encargue de templar los ánimos y de generar un
   valor de equipo y de unión.



Sin embargo, ante la falta de resultados deseados, puede crecer el miedo al fracaso. Utilizar el miedo como coacción n es bueno ni en el ámbito laboral ni tampoco en el terreno educativo a nivel familiar.
Pero además, a veces, el miedo también nace de uno mismo y de las propias inseguridades, por ello, es esencial aprender a relativizar.